Hace un año, el mundo latinoamericano se sorprendía por el asesinato de Facundo Cabral, a manos de unos sicarios, en Guatemala. Este es el poema que escribí con motivo de esa ocasión.
DIERON MUERTE A FACUNDO CABRAL…
Quienes nada valoran la vida,
donde triunfan las fuerzas del mal,
el perdón es ya causa perdida
y desprecian al hombre cabal;
son capaces de abrir una herida
y capaces de ahogar un cantar,
de acabar con una golondrina
que volaba tras la libertad.
¿Quién calló esa voz decidida
que a los hombres hacía soñar,
despertaba a las almas dormidas
y a los flojos los hace vibrar?.
Pudo ser la mañana torcida,
pudo ser emboscada fatal,
con las balas que avanzan deprisa
para al fin una vida segar.
Los sicarios juegan su partida,
en batalla de guerra total:
con las armas a ritmo homicida
dieron muerte a Facundo Cabral…
Pero aquí la historia no termina,
aún faltaba la escena final:
en el Cielo está Dios que le invita
a afinar la guitarra y cantar.
José García Velázquez
Segovia, 12 de julio de 2011
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