PÁJAROS
EN MI CIUDAD
Apenas se distinguir
por su nombre más vulgar
las aves que veo volar
o en árboles del jardín:
conozco bien al gorrión
e identifican mis ojos
al gracioso petirrojo
y al escandaloso avión;
se bien cuál es la paloma,
ya sea común o torcaz,
y el grajo que oigo graznar
en las ramas o en las rocas;
el mirlo me es familiar,
por ese pico amarillo,
y quizás el herrerillo,
si me lo llego a encontrar.
Como es de los cielos dueña
y abundan tanto sus nidos,
desde lejos adivino
el vuelo de las cigüeñas.
A veces no son capaces
mis ojos de distinguir
si tengo que decidir
entre las aves rapaces,
pues abundan los milanos
en la ciudad y su alfoz,
pero también el halcón,
y me parecen hermanos.
Sí reconozco la urraca,
también los buitres leonados
y ese vuelo reposado
que a las águilas destaca…
No es la relación completa
ni termina aquí la historia,
pues las aves en Segovia
forman una lista extensa.
José García
Velázquez
Segovia, 17 de
mayo de 2012
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