¿No os ha pasado nunca que escribes un correo y se te olvida enviar el archivo adjunto?
Como hay que echarle a alguien la culpa, se me ocurrió que el responsable del desaguisado es el duende del e-mail...Lee el poema, a ver si estás de acuerdo...
EL DUENDE DEL e-MAIL
En los tiempos de la imprenta,
se dio un hecho singular:
la persona más experta
se podía equivocar
y cometer una errata,
aunque sin reconocer
que fue quien metió la pata
por las letras transponer;
así, pronto se inventó
explicación que sorprende:
la culpa de cada error
se la achacaban a un DUENDE…
Te lo cuento por si sirve
también de expiatorio chivo,
cuando un correo me escribes…
¡Y NO MANDAS EL ARCHIVO!.
José García Velázquez
Segovia, 3 de enero de 2010
(dedicado a quienes mandamos e-mail)
Gracias Pepe. Mando.
ResponderEliminarUn abrazo
Jajajaja, qué gracioso!!
ResponderEliminarMe guardo el enlace para mandarlo cuando me pase... =)