El cristiano ansía ver el rostro de Jesús, que ahora permanece oculto: "que al mirar tu rostro ya no oculto, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén"
HOMBRO CON HOMBRO CONTIGO
Hombro con hombro contigo,
para aprender a soñar,
porque si no estoy perdido
viviendo en mi realidad;
hombro con hombro contigo,
¿de qué me puedo asustar?,
si en el mundo tus dominios
se extienden de mar a mar;
hombro con hombro contigo,
contemplo la Humanidad,
en cada hombre un amigo
por el que todo lo das;
hombro con hombro contigo,
haya guerra o haya paz,
caminamos decididos
ahogando con bien el mal;
hombro con hombro contigo,
y, cuando llegue el final,
ver ya tu rostro querido
por toda la Eternidad.
José García Velázquez
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