A pesar de ser GRANADA una zona donde están acostumbrados a los pequeños temblores, un fenómeno sísmico de mayor intensidad siempre alarma y siembra la desconfianza, haciendo que las personas salgan a la calle, buscando seguridad.
Tiembla la tierra y las almas
se estremecen de temor
al descubrir que era falsa
de calma su percepción
de que nunca pasa nada
que sea digno de mención,
seguridad infundada
que en un momento acabó.
Vulnerable es la palabra
que expresa la sensación
de quien antes se pensaba
que vive ajeno al dolor
y experimenta que acaba
de repente la ilusión:
la comodidad soñada,
el falso caparazón.