Aunque el río Clamores va canalizado, en su lecho hay un paseo, flanqueado por arbustos y árboles que van ganando en altura, según desciendes hacia el Santuario de la Virgen de la Fuencisla. Tienes asegurada la sombra y el frescor, incluso en verano...y con seguridad de que nadie te va a molestar.
Las fotos son de PURI BLANCO.
Las fotos son de PURI BLANCO.
EL PASEO DEL CLAMORES (SEGOVIA)
En el lecho del Clamores,
que se labró año tras año,
fueron creciendo los árboles,
algunos ya centenarios;
hay ejemplares enormes,
que cada vez son más altos
comparados con el hombre,
como ves en los castaños;
y hasta puede que te asombre
lo que el ARTISTA ha tallado:
ramas que son escalones,
suben peldaño a peldaño.
Quedan lejos los rumores
de la ciudad, apagados,
porque el sendero se esconde
al ir cada vez más bajo.
Los pequeños voladores
te acompañan con sus cantos
y te muestran los colores
de sus pechos decorados.
Incluso con los rigores
del calor en el verano,
la vegetación te acoge
y disfrutas paseando.
José
García Velázquez
Segovia,
13 de mayo de 2019
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