Un libro extraordinario, escrito por Tomás Moro en la Torre de Londres, a punto de ser ejecutado...Edita RIALP.
Las fotos de SEGOVIA y OVIEDO son de PURI BLANCO.
Las fotos de SEGOVIA y OVIEDO son de PURI BLANCO.
tomás moro: la agonía
de cristo
(Dedicado
a ÁLVARO DE SILVA, responsable de la edición en español)
Escribes
desde la Torre
y te
juegas la cabeza,
sabiendo
que el tiempo corre
y que
se pierde Inglaterra.
No
existe mente más noble
ni vida
con tal entrega
ni
ejemplo como el del hombre
que así
defiende a la Iglesia.
En tus escritos
expones
las
sentencias verdaderas
de
quien se basa en razones
que a
la Escritura defiendan,
por
encima de opiniones
que de
lo justo se alejan,
de
veleidades que oponen
el
capricho a la firmeza.
Buscas
que a Dios se le honre
por el
vulgo y la nobleza,
que dé
gloria todo el orbe
a Quien
es la gloria nuestra,
a Aquel
que humilde responde
con su
Amor a las ofensas
y vino
para que el pobre
la
justicia recibiera;
buscas
que en las oraciones
la
mente esté bien despierta,
que
evite las distracciones,
sabiéndose
en Su presencia;
que
sepa quién se dispone
a pedir
a Dios audiencia
que Él
penetra en los rincones
secretos
de la conciencia.
Ante
nuestros ojos pones
esas
terribles escenas
en las
que Jesús conoce
en su
Humanidad las penas:
ninguno
de los Apóstoles
le
acompaña mientras reza
y entre
olivos se recoge,
postrado
sobre una piedra;
según
los tres narradores
que
este episodio reflejan,
sucumben
a los sopores,
dormidos
por la tristeza.
Tan
solo un Ángel responde
a sus
súplicas y quejas;
es su
consuelo conforme
para
reparar las fuerzas
El
traidor a los captores
se lo
ofrece como presa
y
aunque ya es cerrada noche,
su
mente mantiene alerta.
¡Todos
los siglos los hombres
viven
la misma experiencia:
el
descanso no conocen
los
hijos de las tinieblas!.
Envían
los sacerdotes
a gente
que le detengan
con
espadas y garrotes
como si
fuera una fiera,
pero
Jesús no se opone
y deja
sin resistencia
que le
aprese la cohorte
y a sus
amigos liberan.
Así
comenzaba entonces
el
juicio de la vergüenza,
la
injusticia más enorme
que en
la Historia se recuerda.
José García Velázquez
Segovia, 1 de marzo de 2.016
Precioso, hermosísimo poema.
ResponderEliminar