En el Bautismo recibimos de Dios la filiación divina, el sacerdocio común y la herencia de los hijos de Dios.
En el libro LAICAL, de Don Javier López Díaz, se profundizan estos conceptos.

HEREDEROS EN EL HIJO
Recibimos en herencia,
de parte del mismo Dios,
con los bienes de la Tierra
el mandato del Amor;
nos los dio de forma cierta
cuando se nos bautizó
y desde entonces empieza
para el hombre su misión.
A través del Hijo, llega
de Dios nuestra filiación
y a su realidad nos lleva
mediante revelación.
El mundo entero nos deja
para volverlo mejor
por el trabajo y la ofrenda
del esfuerzo, del sudor;
la familia es en esencia
de la sociedad motor,
lugar donde se me aprecia
simplemente por ser yo;
si por amistad entregas
a los otros tu favor,
verás como recompensa
que se ensancha el corazón.
Disfruta, pues, de la herencia
que viene del mismo Dios:
el Reino del Cielo empieza
en aquel que lo acogió.
José
García Velázquez
Segovia,
21 de agosto de 2025
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