El pasado jueves, día 23 de mayo, hablamos en COPE SEGOVIA sobre los CUIDADOS PALIATIVOS. Comenté el excelente relato de LEÓN TOLSTOI sobre la conspiración del silencio.
La foto se tomó en el estudio, antes de la entrevista.
La foto se tomó en el estudio, antes de la entrevista.
LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO (Dedicado a Iván Illich, de la novela de León Tolstoi “La muerte de Iván Illich”)
¡Cómo te comprendo, amigo!
Cómo entiendo
que la ansiedad
se apodere de tu mente,
al no poder compartir
con tu familia,
con tus amigos,
con los vecinos,
tus pensamientos más íntimos,
los temas
que realmente te importan:
hablarles de tu vida
y tus dolores.
Algunos han dejado
de visitarte
y les aterra la idea
de tu próximo final,
porque temen el suyo.
Quizá eran compañeros
en los momentos festivos,
los días de juventud,
cuando frecuentabais
las tabernas y el vodka.
Ahora les asusta
la realidad
a la que no quieren enfrentarse.
Prefieren arrinconar
la simple mención
del sufrimiento y la muerte.
Otros se acercan hasta ti,
pero solo hablan
de temas banales:
si hace buen o mal tiempo,
lo cara que está la vida,
si el té está frío o caliente…
¡Lo que darías
por poder abrir tu corazón
y comunicarles
lo que de verdad
llevas dentro!.
¡Qué privilegio
poder descargar la angustia,
que siempre,
al hacerle partícipes a los otros,
parece que mengua
y se hace más llevadera!
Seguramente en tu tiempo
nadie pensó
en la importancia
de la verdad soportable…
Aún hoy
existen hombres y mujeres
que, como tú,
están rodeados
de la conspiración de silencio
de sus familiares y amigos,
sufriendo su dolor
doblemente:
por saber lo que les pasa
y por no tener a nadie
con quien hablar de ello.
José García Velázquez
¡Cómo te comprendo, amigo!
Cómo entiendo
que la ansiedad
se apodere de tu mente,
al no poder compartir
con tu familia,
con tus amigos,
con los vecinos,
tus pensamientos más íntimos,
los temas
que realmente te importan:
hablarles de tu vida
y tus dolores.
Algunos han dejado
de visitarte
y les aterra la idea
de tu próximo final,
porque temen el suyo.
Quizá eran compañeros
en los momentos festivos,
los días de juventud,
cuando frecuentabais
las tabernas y el vodka.
Ahora les asusta
la realidad
a la que no quieren enfrentarse.
Prefieren arrinconar
la simple mención
del sufrimiento y la muerte.
Otros se acercan hasta ti,
pero solo hablan
de temas banales:
si hace buen o mal tiempo,
lo cara que está la vida,
si el té está frío o caliente…
¡Lo que darías
por poder abrir tu corazón
y comunicarles
lo que de verdad
llevas dentro!.
¡Qué privilegio
poder descargar la angustia,
que siempre,
al hacerle partícipes a los otros,
parece que mengua
y se hace más llevadera!
Seguramente en tu tiempo
nadie pensó
en la importancia
de la verdad soportable…
Aún hoy
existen hombres y mujeres
que, como tú,
están rodeados
de la conspiración de silencio
de sus familiares y amigos,
sufriendo su dolor
doblemente:
por saber lo que les pasa
y por no tener a nadie
con quien hablar de ello.
José García Velázquez
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