Se acercan unos días en los que todos recordamos de manera especial a los seres queridos. Subo hoy este poema para conmemorar esos días dedicados a los fieles difuntos y a todos los Santos...
La foto es de MODESTO HERRERA.
EN LA MUERTE DE UN AMIGO
Entre dos coordenadas,
espacio y tiempo,
apenas si llegamos
a conocernos.
Un día, en un lugar,
se cruza nuestro camino
y después cada uno parece
tener su destino:
si cambias de ciudad
o llega la muerte,
cada cual sigue
distinta suerte.
Y en esa circunstancia
echas de menos
haber puesto en la amistad
mayor empeño.
Hay una dimensión
trascendente
que ilumina la escena
en nuestra mente,
haciéndonos ver
que no se acaba
nuestra vida al morir
y que, ignorada,
provoca sufrimiento
por no encontrar sentido
al final de la vida
ni al haber nacido.
Para el creyente
todo es punto y seguido
y la muerte culmina
lo que ha vivido.
Y esta esperanza
colma nuestros anhelos
sabiendo que vivimos
para ir al cielo:
allí ya la alegría
es permanente
conviviendo con Dios
y con la gente
con la que en la tierra
no supimos disfrutar
de los tesoros que esconde
la verdadera amistad.
José García Velázquez
Segovia, 2 de octubre de 2004.
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