viernes, 15 de julio de 2011

Con los brazos abiertos


Esta debería de ser nuestra actitud, como hombres y como cristianos...

CON LOS BRAZOS ABIERTOS

Tiene Dios siempre clemencia
del hombre, que es pecador;
con infinita paciencia
espera lograr su amor:
una y mil veces te apartas
del que sabes su camino
y cuantas veces te marchas
Él llora tu desatino,
pero siguen bien abiertos
sus brazos de par en par,
esperando siempre prestos
para poderte abrazar.

¡Cómo contrasta su gesto
con nuestra cicatería,
ese proceder rastrero
al que llamamos “justicia”!

Enseguida condenamos
a aquel que nos ofendió
y solo le perdonamos
para sentirnos mejor
o creernos superiores,
encima del bien y el mal,
haciéndonos pecadores
por no saber perdonar.

José García Velázquez

Segovia, 15 de mayo de 2009

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