jueves, 16 de junio de 2011

Sacerdotes: Manos benditas


Este es el segundo poema, dedicado a las Manos que hacen posible que recibamos los Sacramentos.

MANOS BENDITAS

Al inicio de la vida,
comienza nuestro camino:
por tus manos renacemos
con el Bautismo.
Pasados los años,
ya con uso de razón,
tus manos nos regalan
la Primera Comunión;
y como el ser humano
tiene débil corazón,
por tus manos recibimos
del mismo Dios el perdón.

A través de tus manos
al pan y al vino baja
Dios cada día
cuando los consagras
y al final de cada Misa,
tras la última oración,
con tus manos nos llega
de Dios la bendición.

Si por vocación llamados
nos decidimos casar,
tus manos santifican
nuestra unión en el altar.
Si nos hiere un grave mal
o si la muerte se acerca,
con los óleos nos confortas
ungiendo nuestra cabeza.

A través de tus manos
nos entrega Dios sus dones
¡Benditas manos consagradas
del Sacerdote!

José García Velázquez

Logroño, 2 de abril de 2006

1 comentario:

  1. Alabado sea Dios por sus sacerdotes, que nos hacen vivo y presente a Cristo en la Eucaristía.

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