Un poema bucólico y nostálgico, que evoca cuando las huertas se regaban con el agua que se sacaba del pozo con los canjilones de la noria...
LA NORIA (LA CENIA)
Dando vueltas y vueltas,
los canjilones
van dejando la huerta
llena de flores;
corre el agua en los surcos
con alegría
y su dulce murmullo
canta a la vida;
calma el agua la sed
del hortelano
y le anima a volver
a su trabajo.
Como el agua escondida
son los amores,
porque llenan la vida
de lindas flores.
José García Velázquez
Segovia, 31 de marzo de 2.011
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