martes, 14 de septiembre de 2010

La Catedral de Segovia iluminada


Cuando todavía hacía guardias, de las que ahora estoy liberado por cuestiones de edad, desde el despacho contemplaba en los ratos de tranquilidad la vista de Segovia, en la que destacaba la Catedral iluminada, que tantas veces me acompañó y a la que dediqué este poema.

LUCERO EN LA NOCHE (A la Catedral de Segovia,
una tarde de otoño, estando de guardia en el Hospital)

Al atardecer, las nubes
cubrían el sol,
y apenas unos rayos
intentaban dar color
a la egregia catedral,
levantada en lo más alto,
con su esbelta torre
hacia el cielo apuntando.
Cuando se hizo la noche,
sin luna y sin estrellas,
todo quedó sumido
en espesas tinieblas,
hasta que se encendieron
doradas luminarias
y la hermosa catedral
apareció alumbrada,
majestuosa imagen
brillando en la negrura
y sirviendo de faro
en esta noche oscura.
Luz para los paisanos
y para los viajeros;
luz para las almas
que un día se perdieron
y por ella descubren
la luz que les atrae
y reanima sus vidas
que en la noche decaen….

Testigo de mis desvelos,
en las noches de dolor
tus torres se alzan al cielo
como continua oración.

José García Velázquez.
Segovia 24 de noviembre de 2006

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