lunes, 30 de agosto de 2010

Madre del Amor Hermoso



A veces todo confluye, para que el poema surja de forma casi espontánea: un suave atardecer, un lugar que invita a la oración, el ejemplo de jóvenes y no tan jóvenes que se acercan a saludar o a rezar ante la Virgen en una ermita...
La foto del atardecer es de PURI BLANCO.

MADRE DEL AMOR HERMOSO

En una tarde serena
he llegado hasta la ermita
a ver a la Madre buena,
María, Virgen bendita.
Verás algunas personas
a cualquier hora del día
implorando a la Señora,
Sede de Sabiduría.
Mientras “Acordaos” repito,
voy encomendando a todos:
a los que son mis amigos
y a los que se encuentran solos.
Al ver que la quieren tanto,
de aquí me marcho celoso
por los que quedan rezando,
Madre del Amor Hermoso.

José García Velázquez

Pamplona 19 de agosto de 2010

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