Un hecho de la vida ordinaria, me inspiró este poema. A veces es una desgracia que la mente pueda más que el instinto...
DE MADRES Y PALOMAS
Te conmovió la ternura
de aquella pobre paloma
que protegía a su criatura
de tus plantas a la sombra.
Aunque le quitaste el huevo
para impedir que anidara,
ella volvía de nuevo
y no pudiste espantarla.
¡Qué inhumana sinrazón
esas madres que asesinan
tras saber que el corazón
de sus hijos ya palpita!
José García Velázquez
Segovia, 13 de julio de 2010
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