Estos amigos voladores vienen todas las tardes, descansan un poco en la jardinera, se comen las migas de pan que traen en el pico... Su sitio preferido es al abrigo del acebo. Luego, eso sí, dejan el suelo lleno de tierra tras su aseo vespertino.
AL ABRIGO DEL ACEBO
Lo que va de mes de enero
aparecen cada tarde,
al abrigo del acebo,
mis huéspedes puntuales;
atraviesan con su vuelo
a lo largo de la calle
y descansan del esfuerzo
en el balcón, al posarse;
desconfían si me acerco,
es difícil retratarles,
y si las cortinas muevo
se van volando al instante.
Nos llenan de tierra el suelo:
la emplean para asearse,
al abrigo del acebo,
los gorriones o pardales.
José
García Velázquez
Segovia, 17
de enero de 2023
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