Uno de los episodios más impactantes de los evangelios, es el momento en el que JESÚS llora al contemplar la belleza de JERUSALEM, sabiendo que pronto será destruida y que sus habitantes perecerán por rechazarlo. En ese lugar, se levanta el templo conocido como DOMINUS FLEVIT.
Las fotos son de PURI BLANCO.
JESÚS
LLORA ANTE JERUSALEM (DOMINUS FLEVIT)
(Lc
14,41-44; Mt 23, 37-38; Lc 13, 34-35)
Al
contemplar la ciudad
de incomparable
belleza
su humana
naturaleza
no lo pudo
soportar:
sabiendo
la realidad
que en el
futuro la espera,
por la
desgracia postrera
Jesús
arranca a llorar.
Llevado
de la piedad
que en su
corazón se encierra,
con sus
palabras lamenta
que no se
deje cuidar;
esa
imagen singular
de la
figura materna
que con
sus alas abiertas
sus hijos
cobijará.
La
profecía fatal
de la
destrucción completa
se cumple
por la violencia
de la
Roma militar:
la casa
se quedará
abandonada
y desierta,
el Templo
echado por tierra
y una
enorme mortandad.
José García Velázquez
Segovia, 15 de junio de 2021
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