Este poema está inspirado en una histotia real, tal como me la contó un testigo presencial...al que va dedicado el poema, con afecto.
UN RAYO MARIANO
Me llega desde Toledo
la noticia de una historia
como caída del cielo,
aunque parezca ilusoria.
Los santos Justo y Pastor
fueron los mudos testigos
de lo que allí aconteció
y yo ahora te repito.
En caso de una tormenta,
hoy parecemos seguros,
pero no nos damos cuenta
de riesgos inoportunos;
así, sucedió que un rayo
-el por qué nadie lo sabe-
fue católico y mariano
en las vísperas del Carmen.
Y cruzando temerario
por el altar de la Virgen,
se arrodilló ante el Sagrario
saludando al despedirse.
Como no hizo ningún daño,
la historia termina bien
y vive para contarlo
mi buen amigo Javier.
José García Velázquez
Segovia, 20 de julio de 2008
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