Me resulta inquietante entrar en uno de esos ascensores con varios espejos, en los que la imagen se refleja hasta casi el infinito...
JUEGO DE ESPEJOS
Dentro del ascensor,
juego de espejos,
curioso mirador
por el reflejo
que dan alrededor:
allá a lo lejos,
veo ese mismo yo
que cerca tengo.
¿Qué cantidad formó
este complejo
de imágenes sin voz
entre las que me pierdo?
¿Hasta donde llegó
la imagen de mi ego
en la alucinación
de este lúcido sueño?.
José García Velázquez
Segovia, 21 de junio de 2011
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