Es frecuente que muchas personas, creyentes y no creyentes, se rían o ridiculicen a las personas mayores, sobre todo mujeres, que están rezando en las iglesias...
DESPRECIO
Ves como van las mujeres
para rezar a la iglesia:
allí desgranan sus preces
y bendiciones imprecan;
sus oraciones con creces
esperan la recompensa,
y saben que no merecen
lo que por gracia les llega.
¡Acompáñalas a veces
y nunca te burles de ellas,
porque sus palabras tienen
más valor que las monedas!
José García Velázquez
Salamanca, 26 de junio de 2010
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