Es un gran privilegio poder recibir a Jesús Sacramentado en nuestro hogar, cuando estamos enfermos.Y es de agradecer el cariño con el que nos acercan los Sacerdotes la Comunión a casa en esas circunstancias.
COMUNIÓN DE LOS ENFERMOS
Te he recibido en mi casa,
has venido a visitarme;
en esta humilde morada
he comulgado tu Carne…
¡Delicadeza de amor,
inmensurable portento,
pues después que se encarnó,
se da Dios como alimento!.
Si por una enfermedad
o por estar impedido
no te puedes acercar
hasta el templo a recibirlo,
Él se acerca donde estés,
te visita como amigo
y se quedará después
en tu interior escondido.
José García Velázquez
Segovia, 7 de mayo de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario