PASIÓN DE MADRE
Siempre discreta, siempre silenciosa,
convertías tu vida en oración,
desde que siendo una joven piadosa
recibiste de Dios la Anunciación.
Todos te llaman hoy la Dolorosa,
mientras vives, callada, la Pasión:
pronto reirás, alegre y victoriosa,
en el día de la Resurrección.
Gracias, Madre: estás siempre presente
en los duros momentos del dolor,
acompañando al hombre penitente.
Cuidas el alma del pobre pecador
y aunque le deje el resto de la gente,
siente cerca tu aliento y tu calor.
José García Velázquez
Segovia, 7 de abril de 2009
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