Este es el poema que escribí para la Navidad de 2.005: en este caso, sí tiene más estructura de Villancico. Siempre procuro que quede claro cual es el motivo de que celebremos esta Fiesta tan entrañable; espero haberlo conseguido.
VILLANCICO PARA LA NAVIDAD DE 2.005
Las tinieblas de la noche
huyen cuando nace el sol.
Para librarnos del Mal,
nos ha nacido el Amor.
Hace más de dos mil años,
hasta el pueblo de Belén
se acercaron como tantos
la Virgen y San José.
Ellos iban preocupados
pensando donde atender
al Mesías prometido
que ya estaba por nacer.
Aunque no encuentran posada,
se las saben ingeniar
y Dios nace entre atenciones
en un humilde portal.
Las tinieblas de la noche
huyen cuando nace el sol.
Para librarnos del Mal,
nos ha nacido el Amor.
Los influyentes de entonces
esperaban la llegada
de un Mesías que de Roma
a su pueblo liberara.
¿Cómo van a imaginar
que sería el Redentor
quien nacía como niño
menesteroso de amor?
Y solo la gente humilde
pudo saber la verdad
y disfrutar en la Tierra
la primera Navidad.
Las tinieblas de la noche
huyen cuando nace el sol.
Para librarnos del Mal,
nos ha nacido el Amor.
Desde entonces celebramos
cada año con alegría
la fiesta que nos recuerda
del Niño-Dios la venida.
En estos días deseamos
llenar de felicidad
a las personas cercanas
y a toda la Humanidad.
Pero nuestro afán mayor
tiene que ser preparar
nuestro corazón que sirva
de improvisado portal.
Las tinieblas de la noche
huyen cuando nace el sol.
Para librarnos del Mal,
nos ha nacido el Amor.
José García Velázquez
Segovia, 18 de diciembre de 2005
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