lunes, 17 de mayo de 2010

Más sobre el mes de Mayo


Hoy le toca el turno a un nuevo poema, dedicado en esta ocasión a una advocación mariana con una larga tradición: nada menos que desde el S. XI se venera en la zona de Barbastro a la Virgen bajo la advocación de "Nuestra Señora de los Ángeles de Torreciudad. La foto es de PURI BLANCO.

ROMANCE PARA LA VIRGEN DE TORRECIUDAD

Escondidos en la tierra
para esquivar el peligro
de las huestes sarracenas,
están la Madre y el Niño.
Algún devoto cristiano
en la tierra los dejó
y tras pasar muchos años
la imagen apareció,
en una zona del monte
peligrosa y escarpada,
junto a una robusta torre
que usaban de vigilancia.
Para llegar a la ermita
es peligroso el camino
y van los que la visitan
a caballo, o en pollino.
Por todas aquellas tierras
se va extendiendo el hallazgo
y ya a la Virgen veneran
en la ciudad de Barbastro.
Desde allí llevan a un niño
a dar a la Virgen gracias
porque acudiendo a su auxilio
la salud recuperaba
y de una muerte segura
por mortal enfermedad
revivía la criatura
tras su madre ir a rogar.
El niño ya se hizo hombre
y el favor no lo ha olvidado.
Para gloria de Su nombre
le levanta un Santuario.
De todas partes del mundo
vienen ahora a rezar;
con fervor y amor profundo
llegan a TORRECIUDAD

José García Velázquez

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